Don Eduardo

Ayer por la tarde visité la casa de Don Eduardo Cuadrado, escultor, artista y amigo.
Antes de que yo naciera fue y sigue siendo a pesar de los quehaceres buen amigo de mi abuelo, Pedro Alejandre con el que sigue riendo como si los años no pasarán.

Entrando en Fuensaldaña no lejos del frontón se encuentra su taller. Una casa castellana de madera y tapial que cuenta en su interior con un amplio jardín en el que conviven y pasean sus obras y tallas. Como si de un paisaje de rostros, nombres y viajes se tratase. La sensación que uno percibe al entrar es la de ser constantemente observado por todos ellos. Como si de alguna manera cada uno quisiera hablar y charlar contigo a la vez.

A pesar de la cantidad de obras tanto fuera como dentro de la casa, el lugar transmite una sencilla tranquilidad y serenidad. Entras en un lugar con historia, un lugar vivido e imaginado por este escultor. De alguna manera al pasear por el jardín y ver sus trabajo entras en el alma de Eduardo.

Espero volver pronto.









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